Obeimar Benavides

“Es difícil decidir por dónde empezar mi historia, si bien inicia desde mi nacimiento tiene momentos claves en los que de cierta forma me convirtieron en quien soy; un momento clave en ella fue a finales del año 2010, a finales de ese año decidí que haría del primer puesto de mi grado una meta de cada año.

Esta meta iba más allá del simple hecho de quedar primero, era el recordatorio de que podía cumplir mis metas las cuales me ayudaban a no sentirme sin un propósito a corto, mediano y largo plazo.

Así pasaron unos años, hasta que conocí el deporte que supondría otra de mis metas en mi estancia en el colegio, el ajedrez. Al principio era demasiado pésimo jugándolo hasta que al pasar de los meses mejoré y mi inscribí con ayuda de mi profesora de educación física en mi primer torneo; las metas fueron claras, ganar el municipal, el regional y obtener una medalla en un departamental.

En este punto ya me encontraba en el grado noveno y veía con anhelo estudiar en una de las mejores universidades del país, el panorama era un poco duro, dado que mis padres nunca han contado con el dinero suficiente para que pueda hacerlo en las ciudades donde se encuentran dichas universidades.

En este año los profesores empezaron a apoyarme mas que nunca, me inscribieron en semilleros en los que hice amigos que tenían metas parecidas a las mías e incluso mas ambiciosas y como era de esperar esto me motivó aún más para conseguir las mías.

Se llegó el año que tanto esperaba, grado once, ya había estado en varios semilleros y preicfes en los cuales se estableció mi ultima meta, ganar una beca por puntaje icfes acompañado de seguir estando en el primer puesto en mi último grado, ganar el regional y obtener una medalla departamental. Fue uno de mis mejores años, trabajé duro por cada meta y en las cuales obtuve lo que buscaba o bien, un buen resultado.

En cuanto al ajedrez gané los dos regionales invicto y el departamental Intercolegiados quedé cuarto, aunque no pude conseguir la medalla quedé feliz con mi desempeño; en cuanto a mi puntaje icfes fue considerablemente alto, tanto como para ser merecedor de una beca. Así terminó mi estancia en el colegio, lugar donde me divertí y aprendí sin parar.

Nunca me consideré un modelo a seguir debido a que nadie tiene porqué gustarle la academia, sin embargo, algo que si tengo muy claro es que si nunca te propones metas que te ayuden a generar una mayor complejidad psíquica, la felicidad se te irá de las manos poco a poco y luego te sentirás tan perdido que será difícil regresar a un punto de retorno”.